martes, 14 de abril de 2009

Gerundios a la vista


No hay escapatoria. Cada vez que presento en un curso de capacitación las reglas de uso de los gerundios (formas verbales como cantando y saliendo), las personas primero se sorprenden, luego se enojan, algunas se resignan (dicen que no volverán a usar más el gerundio en su vida) y otras asumen que vale la pena intentar usarlos bien.

Lo que pasa en nuestra comunidad lingüística es que usar mal el gerundio es tan común que resulta difícil detectar los errores. Podemos encontrar errores al leer artículos periodísticos,al escuchar a locutores en la radio o en la televisión; en fin, en todas partes. ¿Para qué insistir entonces? ¿Por qué no esperar a que la Academia cambie las reglas y acepte estas normas de uso?

La cuestión es que al usarlos bien ganamos en claridad. El lector puede entender con mayor facilidad las ideas y las relaciones lógicas que existen entre ellas.

Por ejemplo, en las siguientes frases, ¿por qué es mejor A que B, y C que D?

A.“El presidente habló ante el público para anunciar nuevas medidas económicas”
B.“El presidente habló ante el público anunciando nuevas medidas económicas”

C. "Analizó las muestras tomadas en el río Colorado y descubrió en ellas altos índices de contaminación."
D. "Analizó las muestras tomadas en el río Colorado descubriendo en ellas altos índices de contaminación."

En A está explicitado que la relación entre las acciones (hablar y anunciar) es de finalidad. No así en B, aquí las acciones no se diferencian.

En C se pone en evidencia que hay una secuencia de acciones: primero analizar, después descubrir. Esta secuencia queda ocultada en D.

Daniel Cassany en su libro Afilar el lapicero señala por qué es importante usar bien los gerundios más allá de los criterios de corrección gramatical. Creo que muestra con claridad de qué manera incide en los procesos de lectura y escritura. Acá van:


1.El gerundio no puede especificar tiempo, persona o número de la acción. El lector debe inferirlos por el contexto.
2.Alarga la oración, al añadir subordinaciones. La frase completa incrementa su extensión y complejidad.
3.Provoca que el verbo y la oración principal pierdan fuerza al quedar “tapados” por la oración subordinada con gerundio.
4.Pertenece a un registro formal y es poco usado en el habla cotidiana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario